Con los pies en la tierra. Ser o no ser famoso
Las cosas no suelen ser como las vemos. Tendemos a movernos en círculos en los que se habla de determinados temas, se tienen determinados enfoques y participan o destacan algunas personas. Eso da la sensación equivocada de que «el mundo» se reduce a eso, y algunos terminan creyendo que son el ombligo de ese mundo. O incluso asumen que lo que ahí se dice y se habla es la opinión de todos, dentro y fuera del círculo. El caso más claro es el de los políticos, pero no es de ellos de los que quiero hablar, sino de otras percepciones erróneas.
LUL 2: los autores viven como reyes
Llevo unos días comentando en Twitter temas relacionados con la descarga de los libros electrónicos, las ventas en papel, los derechos de autor… y en esas idas y venidas de Tweets han salido algunas de esas leyendas urbano-literarias que tanto me gustan.
Las más recurrentes han sido: una, que los escritores vienen a ser una especie de vagos endiosados y muchimillonarios que pretenden vivir durante toda su vida de las ventas de un solo libro ―que sería el equivalente, pongamos, a uno o dos años de trabajo, aunque muchos lleven mucho más tiempo―; y la otra, que los libros digitales valen lo mismo que los de papel.
Autores en la penumbra soleada
Hace una semana leía en El País un precioso, incluso poético artículo de Winston Manrique ―”Escritores en penumbra”― y, siendo cierto lo que dice, a la vez no lo es, y trataré de explicarme. El artículo hablaba sobre los escritores que habiendo publicado con un nivel literario reconocido por la crítica y a veces incluso por el público, no han alcanzado la notoriedad y la fama de otros cuyos méritos no son mayores que los de aquellos. Pero habría que matizar que hasta en la penumbra hay clases, y cada uno ve la situación con una perspectiva distinta en función del lugar que le haya tocado en la sombra.