Marta Querol, escritora

Si no has estado nunca en una presentación literaria, aqui puedes hacerte una idea.

Cuando un autor publica una obra siente el mismo vértigo que un actor cuando se levanta el telón: no sabe si al terminar su actuación recibirá ovaciones, indiferencia o abucheos. En el caso de los libros el retorno no es inmediato, como en un cine o un teatro. La obra sale, los lectores la compran y la leen cuando les apetece. A veces inmediatamente, a veces pasan semanas, meses, años. Y cuando terminan la lectura son pocos los que llegan a compartir con el autor o dejar constancia pública de sus impresiones. Hoy, con las redes sociales, es más fácil, pero incluso así son una minoría los que se animan a hacerlo.

―Impresiona la altura, ¿verdad? Creo que son cincuenta y siete metros de caída libre. Vamos, que te metes un hostión descomunal si saltas. No eres el primero, imagino que lo sabes. El puente es tristemente famoso, lo puso de moda aquel banquero al que pillaron con material pedófilo en casa. Ha sido el suicida más ilustre. O mejor, más sonado, que de ilustre con esas credenciales, poco. Fue antes de trasladarme a vivir aquí, hace un par de años. »Mira a tu alrededor. Es un sitio precioso. No soy experto en botánica, pero estos pinos, el olor a resina que desprenden, las hierbas aromáticas y el murmullo del río… ¿No es una lástima pensar que no volverás a disfrutarlos? No me mires con cara de sorpresa, suelo saber cuándo viene alguien con intención de tirarse; por fortuna pocos desde que llegué. ...