Donaciones, bulos y Amancio Ortega
Como hacía mucho que no me metía en berenjenales no literarios, me he dicho: este es un buen tema. Y es que llevo días haciéndome cruces de lo ignorante que es la gente (lo siento por aquellos que se den por aludidos) y la bilis que algunos (siempre en genérico, entiéndase en todas sus variantes «alguno/a/os/as») almacenan a consecuencia, muy probablemente, de la envidia y de un puntito (o un muchito) de mezquindad.