Marta Querol, escritora

Esta nueva entrada se ha demorado porque quería poder dar noticias, información concreta, sobre algo muy importante para mí, y por fin puedo hacerlo:

El 17 de diciembre presento Yo que tanto te quiero, el final de mi trilogía y desde ya puede comprarse en edición de papel en Amazon, Create Space o en mi web aunque a las librerías no llegará hasta la fecha de la presentación.

Lucía, una niña de once años, comienza a narrar la historia de su familia tras compartir la última guerra de Elena Lamarc, su madre. Es la primera de muchas otras que ahora le toca librar a ella. Hija de un matrimonio roto cuando no existía el divorcio, se convierte, a su pesar, en moneda de cambio entre sus padres y en el mayor peligro para los intereses de una ambiciosa mujer que no se para ante nada para conseguir su objetivo.

A través de inquietantes intrigas empresariales, traiciones familiares y las vicisitudes de una misteriosa carta como hilo conductor, Yo, que tanto te quiero es un profundo y realista análisis sobre las relaciones familiares, el sentimiento de culpa, el chantaje emocional y la toxicidad del amor mal entendido. Una novela sin concesiones que, con un ritmo trepidante y una prosa elegante y cuidada, nos pasea por la época fascinante y convulsa de la transición con la música de los ochenta como banda sonora.
Yo que tanto te quiero es el emocionante homenaje de una hija a su madre luchadora y desdichada que la amó tanto como la torturó por no saber cómo amarla, la pieza clave de un rompecabezas que comenzó en El final del ave Fénix.

La aventura que empecé una madrugada de septiembre de 2006 al sentarme al teclado de mi portátil con el alma en los dedos, ha llegado a su fin. Han sido años de trabajo, de incertidumbre, de bloqueos, de desesperanza, de aprendizaje, de alegrías y también de algún disgusto.

Cuando comencé a escribir El final del ave Fénix no imaginaba hasta dónde llegaría. Lo hice por impulso, por necesidad, y no tenía ninguna expectativa concreta, tan solo una historia enorme en la cabeza que no sabía si sería capaz de escribir porque nunca antes me había enfrentado a un proyecto semejante y las ganas de compartirla. Como he comentado otras veces, tuve que buscar la forma de reducir la historia para hacerla asequible a los posibles lectores, y eso fue lo que me obligó a desmenbrarla en dos volúmenes más. No fue algo improvisado, ni escribí Las guerras de Elena o la que ahora toma cuerpo por el éxito conseguido por su predecesora. Era la historia, el camino, lo que desde el principio compuso mi mente, y la novela que ahora llega es el final de esa historia. En realidad he terminado mi primera novela, porque las tres forman un todo a pesar de haberlas escrito de forma que puedan leerse sin conocer el resto de la historia. Ha sido uno de mis retos, respetar al lector sin obligarle a seguir un orden, darle la información suficiente en cada una para que, empiece por la que empiece, pueda seguir la trama sin lagunas importantes y decidir si quiere leer más de la historia o no.

Ha sido un proyecto brutal, ambicioso a pesar de no ambicionar nada, y muy difícil de llevar a término. Cuando la primera quedó entre los diez finalistas del Premio Planeta de 2007 no imaginé cuán difícil iba a ser publicarla. Pasé muchas vicisitudes hasta conseguir una publicación medianamente solvente pero los lectores con sus comentarios y apoyo me ayudaron a no desfallecer y no tirar la toalla. Con Las guerras de Elenael camino fue menos turbulento pero tampoco por ello fue fácil, y de nuevo los lectores mantuvieron el libro y tiraron de él como no lo hizo quien debiera.

Tampoco esta tercera novela ha sido fácil de publicar. He tenido que tomar una decisión difícil y lo he hecho por los lectores. Los plazos de decisión de las editoriales grandes son incompatibles con el «ansia viva» que me han transmitido algunos lectores, y he decidido no esperar más, al menos en España. Pronto llegará a las librerías Yo que tanto te quiero, pero la distribución va a ser más reducida que con las novelas anteriores. Me gustaría que no haya un lector que quiera leerla que no pueda encontrarla y, por eso, además de la publicación tradicional que ha realizado CERSA Editorial, he acordado poder subirla también a las plataformas de Amazon para venderla en papel e intentaré hacerlo también en mi propia web, pero cualquier librería que quiera tenerla, hablando con la editorial no tendrá problema.

Esta novela supone para mí un salto cualitativo. Está escrita de principio a fin en primera persona, no por capricho, sino por coherencia con el inicio y fin de El final del ave Fénix. He empleado por primera vez el presente de indicativo, un tiempo que me ha resultado tan complicado como atrayente. He trabajado el texto hasta la extenuación con la ayuda de buenos amigos, y de su mano creo que he crecido como escritora obsesionada por hacer un trabajo literario digno sin perder por ello gancho ni ritmo. Todos ellos están en los agradecimientos porque no me han corregido, me han obligado a reflexionar y profundizar en la historia, en el estilo, y han dejado en mi mano la salida a cada dilema. Pero un amigo en particular ha llegado tan lejos como yo en el entendimiento de esta novela, la ha sufrido como yo, se ha emocionado (casi) como yo y me ha aportado mucho, de hecho el título fue idea suya porque yo iba a llamarla Entre bodas y funerales. Al final, las bodas y los funerales dan título a los capítulos, pero el título de la novela no podría ser mejor y se lo debo a Miguel Ángel Buj.

Para terminar, y aunque en el libro menciono unos cuantos, aprovecho esta entrada para dar las gracias a los que a mi lado me han hecho el camino más fácil: Santi, Celia, Marina, Ángeles, Miguel Ángel, Enrique, Vicente, Sebas, José Luis P., Josep, Virginia, Silvia, Rosa, Mercedes y, por supuesto, Paco Gallego que ha confiado en mí y a quien le debo esta edición milagrosa.
Os espero a todos en la presentación de Valencia, y próximamente en las que haremos en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Málaga y Bocirent, además de todos aquellos sitios donde me llamen.