Mi regalo navideño

Por estas fechas, hace más o menos un año, andaba yo muy nerviosa y emocionada. Por fin la última entrega de una saga familiar que había comenzado a escribir en 2006 vería la luz, llegaría a los lectores que con tanta insistencia ―¿verdad, Toñi?― me habían preguntado que para cuándo. Era una apuesta complicada, las condiciones para publicarla no eran las mejores, pero me decidí porque el respeto a los lectores está por encima de otras consideraciones. El vértigo de saber qué pensarían de esta última obra, de si el final era digno y dejaba satisfechas las exigencias de los seguidores de la saga, de saber si los nuevos lectores que empezaban con ella disfrutaban de las andanzas de Lucía Company tanto como los que habían leído los anteriores, me quitaba el sueño. Para mí es lo mejor que he escrito y esperaba que los lectores también lo apreciaran. En lo personal estaba pasando, además, un periodo de cambio que me tenía ―y todavía me tiene― algo dispersa y que me ha robado mucho tiempo, pero los lectores habían esperado con paciencia y me dieron la fuerza que necesitaba lanzar este proyecto.

Aquella presentación me trajo muchas sorpresas, la mayoría buenas. Fue especial y emotiva, como lo fueron las dos anteriores. El editor de Cersa, Francisco Gallego, vino desde Madrid para apoyarme. Mi hada madrina, María Vicenta, volvió a organizar una velada multidisciplinar en la que intervinieron, además de los presentadores, la cantante Cris Blasco ―que la lio al final invitando a cantar a todo el mundo― y Tonino Guitián y Luisa Gavasa que interpretaron escenas de la novela. Un lujo teniendo en cuenta que, por su papel en La novia
, Luisa ya estaba nominada a todos los premios importantes de la filmografía española y poco después recibiría el Goya a Mejor Actriz de Reparto. Estuve arropada por mucha gente que sé que me aprecia, aunque también eché de menos ―lo confieso―a buenos amigos que, por lo que fuera, no vinieron, pero que siempre me han apoyado y esta vez, desde la distancia, imagino que también lo hicieron. Además, en el reportaje fotográfico que me hizo Ana Espinosa aprecio muchas caras desconocidas, lectores anónimos que quisieron acompañarme. Algunos de los momentos de aquella presentación están recogidos en este vídeo que Celia Corrons, retratista de almas, me regaló con una generosidad tremenda y que muestra en cinco minutos entrañables la alegría y buen ambiente que se vivió.



Desde entonces han pasado muchas cosas. La firma de la edición de la novela con Ediciones B México, el contacto con lectores que han vivido la trilogía, y en particular Yo que tanto te quiero, como si fuera su propia historia, personas que me han dicho que les ha ayudado a ser mejor persona, que al cerrar el libro han reflexionado sobre su propia vida. También he tenido algunas reseñas maravillosas ―como siempre, al margen de los medios de comunicación especializados, qué le vamos a hacer―, se me ha presentado la posibilidad de llegar a otros países y he preparado un proyecto que ojalá llegue a buen puerto y del que no puedo adelantar nada… Incluso me enteré de casualidad de que el narco Chapo Guzmán estaba leyendo la trilogía en la cárcel, anécdota de la que me quedo con que mis libros traspasan hasta los muros más blindados y que espero que a él también le haya ayudado a ser mejor persona.

Pero uno de los puntos grises  ha sido la distribución de Yo que tanto te quiero, no tan amplia como me habría gustado; son muchos los lectores que me dicen que no encuentran el libro en su librería habitual. Sí se puede encontrar ―puede que no físicamente, pero si se encarga lo reciben― en los puntos de venta de casi todas las grandes cadenas nacionales (Casa del Libro, Corte Inglés, Fnac) o en Amazon, y en la Comunidad Valenciana en cualquier librería. Los dos anteriores ―El final del ave Fénix y Las guerras de Elena― es fácil que también haya que pedirlos porque ya no son novedad aunque, estos sí, en la mayoría de librerías de España están dados de alta.

Así que, como muchos me preguntáis por Facebook, Twitter o por correo dónde podéis comprarlos y es un asunto que yo no controlo, he pensado que igual puedo ayudaros enviando yo los libros (al menos para España). Y, además, si alguien quiere hacer un regalo especial estas Navidades y Reyes, también puede aprovechar: la idea es que me digáis qué libros queréis, yo los busco y os los envío. Solo habría que entrar en el formulario, completar los libros que quieres y a quién quieres dedicárselos, y yo te los enviaré a la dirección que indiques. ¿Te animas?


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