Ilusionaria, un proyecto ilusionante

Conocí el proyecto por casualidad, por esas cosas que tienen las redes sociales que hablas con unos y otros, sobre todo con colegas de profesión o afición, y en cuanto me lo propusieron no pude decir que no. Fue Juande Garduño el que nos lió a todos en esta aventura. Me comentó que conocía el trabajo de una ONG de su pueblo, «Matrioska-Fons Mellaria», cuyo propósito o razón de ser es traer niños de Ucrania, de la zona afectada por la tragedia de Chernóbil en la que a pesar de los años transcurridos todavía quedan secuelas del accidente ocurrido en la central nuclear. La intención de «Matrioska-Fons Mellaria» es sacar a los niños de un entorno poco saludable durante un tiempo, y traerlos a España para contribuir a que eliminen la radiactividad acumulada en el organismo mediante el alejamiento temporal de éstos de los territorios contaminados en los que habitualmente viven. Este ambicioso proyecto en cuanto a sus fines, contaba con escasos medios para salir adelante. La crisis se ha llevado por los aires muchas ayudas a ONG’s, y las pequeñitas y poco conocidas como puede ser esta se llevan la peor parte porque no tienen detrás el apoyo de patrocinadores, empresas poderosas o fondos para publicitarse. A Juande se le ocurrió que entre varios escritores e ilustradores podríamos hacer un libro de cuentos infantiles cuyos beneficios íntegros fuera a parar a la asociación. Y fue dicho y hecho, nació Ilusionaria, esta antología de cuentos que ya puedes comprar a través de  su página web o, a partir del 17 de diciembre en las librerías colaboradoras que aparecerán en el mismo enlace.


La escritura es un vicio, una afición o una profesión que da muchas satisfacciones, y una de ellas es permitirte colaborar en proyectos solidarios como este en el que con tu pequeño esfuerzo puedes ayudar mucho. Y por eso me decidí a colaborar con un cuento que parecía hecho adrede para algo así y que nunca pensé en publicar. Hemos sido 20 escritores y 20 ilustradores, además de correctores, maquetistas, editores… Pero sé que podrían haber sido 20.000 porque este es un gremio solidario y si al final hemos sido 20 es porque publicar también tiene sus problemas y el tamaño, aquí, importa y mucho.

Me gustaría pensar que mucha gente comprará el libro, que muchos niños leerán los cuentos, y que harán realidad el mío, el de El niño que se convirtió en Rey Mago, trayendo a nuestro país a esos niños de Chernóbil para los que nosotros podemos ser sus Reyes Magos. Ahora está en tu mano, en la de todos.

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