―Marcos, no podemos retrasarlo más. Mañana tiene que estar confeccionada la lista.Esa era la frase que no paraba de martillearle en la sien desde que saliera del despacho del director general. La lista. «Mandan huevos, ¿y por qué no la hace él?», se repetía irritado.Por mucho que él fuera el director de Recursos Humanos, en opinión de Marcos el impresentable de don Cirilo era el responsable de aquella situación. Y la crisis nacional, y la mundial, y el puto banco que no daba un duro… Las excusas de don Cirilo...

Eran días de merienda obligatoria y carreras por los pasillos. De inocencia y sueños en blanco y negro. Eran días no siempre fáciles, ni felices, pero precisamente aquel grito de guerra que tronaba desde el televisor me obligaba a gritar a pleno pulmón un «bieeeeeeeeeeen» que me devolvía la alegría, porque quien preguntaba «¡¿Cómo están ustedeeeeeeeeees?!» era un hombre de mirada limpia, risueña y bondadosa junto al que nada malo parecía posible que pasara. Los recuerdo en blanco y negro, aunque yo los sentía en colores, y fuera cual fuera...

Llegué a Bibliocafé a la carrera con la intención de reservar sitio para alguna amiga que sabía que llegaría más tarde, pero cual fue mi sorpresa al ver que no quedaba un hueco. El local estaba abarrotado, la gente de pie, Alfonso sacando sillas de dios sabe dónde, y un murmullo de agradable expectación llenándolo todo. El golpe de calor, en el sentido afectuoso del término, fue inmediato. Ambiente acogedor, caras amigas, saludos… Imaginaba que habría gente, la obra sin duda lo merece y Fuensanta Niñirola, su autora, es persona...

Como hacía mucho que no me metía en berenjenales no literarios, me he dicho: este es un buen tema. Y es que llevo días haciéndome cruces de lo ignorante que es la gente (lo siento por aquellos que se den por aludidos) y la bilis que algunos (siempre en genérico, entiéndase en todas sus variantes «alguno/a/os/as») almacenan a consecuencia, muy probablemente, de la envidia y de un puntito (o un muchito) de mezquindad. Don Amancio Ortega, al que no tengo el gusto de conocer pero con quien reconozco que me encantaría...

La prisa hace tiempo que se apoderó de nuestra civilización. Los coches se hicieron más rápidos, aparecieron los fast food, el ritmo cinematográfico se aceleró, si hacemos cola nos ponemos nerviosos y no esperamos ni a que estrenen las películas para verlas. Y la literatura no iba a quedarse al margen de tanta velocidad. Las prisas, el ritmo frenético y también los nuevos hábitos de ocio más intelectualmente pasivos condicionan lo que llega a publicarse hoy en día, y no me refiero solo a que a la propia novela se le exija...

Hoy que se entrega el Premio Planeta, fecha que marcó esta novela, es un buen momento para contar su historia, cómo nació y cómo de su mano emprendí un camino que para mí no tiene marcha atrás; cosas que nunca he contado por escrito, por pudor, por vergüenza ajena, por qué sé yo.Los que han venido a alguna presentación o conferencia mía saben que empecé a escribir tarde. Siempre había sido una gran lectora, pero durante años la vida no me dejó apenas respirar ni plantearme qué me gustaría hacer....

Somos primitivos. Y morbosos. Debe ser de las pocas cosas que tengo claras respecto a la mayoría de la población hispana, y puede que hasta de la del infinito y más allá. La deriva que han tomado los programas de televisión, que hace tiempo que dejaron el rosa pasteloso a lo Igartiburu para dominar todas las gamas del amarillo y el marrón (busquen el símil), así lo indica, ya que la gran excusa ―como bien señalaba un artículo muy interesante que pesqué en Twitter de la página Jot Down, llamado...

SinopsisEn los días finales del dominio templario, el rey Jaime II de Aragón maniobra en la compleja red de influencias políticas de una Europa convulsa y sacudida por las guerras. La rivalidad con Francia y la casa de Anjou, la presencia de Castilla y las repúblicas italianas, los designios de la Santa Sede, la destrucción de la orden del Temple, el dominio de las islas mediterráneas. Al mismo tiempo, un joven soñador se bate con el mundo y consigo mismo mientras navega entre el afán de venganza y la búsqueda...

Esta semana hizo un año desde que subí a KDP (la plataforma de publicación independiente de Amazon) mi novela «El final del ave Fénix» y también hace casi el mismo tiempo que aterricé en Twitter e inicié este blog, porque las tres cosas fueron prácticamente de la mano. Desde entonces han pasado muchas cosas, he cometido errores, he aprendido mucho también, y he tenido grandes alegrías.Que el balance es positivo no cabe duda, y lo resumiré en los hitos más importantes:Tras varios cambios de precio y de portada, llegué al...

En esta última semana de agosto he leído mucho sobre reseñas y opiniones, uno de los temas más manidos en blogs literarios y en el que yo misma hice una breve incursión con «Lectores destroyer». Pero lo que me ha llamado la atención es la constatación de algo que me negaba a creer. Que los críticos profesionales cobren es algo lógico, y por tales me refiero a los que trabajan en medios de comunicación (prensa, radio, televisión) para hacer precisamente eso, reseñar libros. Que estos tienen sus compromisos con las editoriales...