Recomendaciones lectoras para el verano

Llevo una buena marcha lectora, no tan buena como algunos que conozco y me acomplejan, pero para el tiempo del que dispongo no ha estado mal. Y por si alguien está buscando lecturas para este verano, os hago un resumen de lo más destacado de lo que llevo leído hasta la fecha. Por cierto, el orden es en el que yo los leí este año, no es por preferencia:

Mentes Vacías, de Maribel Romero. Una novela con una trama emocionante y unos personajes tan cercanos que te va metiendo el corazón en un puño conforme avanzas en la lectura y temes por sus vidas. El tema, la trama, no es nuevo, pero si lo es el tratamiento a través de un escenario futuro y, por desgracia, plausible. Con esa excusa nos hará reflexionar sobre temas bastante profundos mientras la intriga y el misterio nos hacen seguir leyendo. Maribel Romero nos plantea una historia que pone los pelos de punta, tratada a modo de thriller y narrada de forma ágil y sin excesos.

Peso cero, de Antonia Romero. Segunda novela que leo de esta autora indie fichada por Ediciones B y constatación de que es una gran escritora tras su debut con «La tumba compartida». Esta es una novela de corte más social, comprometida. Tan real, tan fuerte, que golpea directamente en el estómago y el corazón. Podría decirse que es una novela testimonio, ya que nos introduce en una mente enferma hasta conocer desde dentro cómo afecta eso no solo a su cuerpo, sino a todo su entorno. Los tortuosos devaneos mentales de la protagonista se convierten en «Peso Cero» en una trama terrorífica que te mantiene pegada a sus páginas, enganchada sin remedio, convertidos los personajes en parte del lector. La novela está escrita sin artificios ni retórica innecesaria, y con una intensidad que atrapa. Por ponerle una pega, se abren un par de tramas cuya conclusión queda a la imaginación del lector que no son realmente necesarias al conjunto de una historia que mantiene el interés por sí misma sin necesidad de aditamentos.
conjunto de una historia que mantiene el interés por sí misma sin necesidad de aditamentos.

Ya no somos niñas, de Vicente Marco: De lo mejor y más sorprendente que he leído. Un libro diferente, original, transgresor, corrosivo y brutal, en el que el despliegue imaginativo del autor te mantiene expectante a ver cuál será su siguiente idea. La novela se desarrolla en un mundo futuro pero que conserva muchos de los vicios y tics del presente, a partir de los cuales el autor aprovecha para poner de manifiesto una original guerra de sexos, en el fondo no tan lejana. Las páginas avanzan entre balas, fluidos (de muchos tipos), polvos (también de muchos tipos), tecnologías inverosímiles (no tiene pretensiones de Julio Verne) y un humor tan ácido que hace agujero. Como género se podría denominar porno pulp Ci-Fi.

Me gustaría ser original, pero me temo que no estoy a la altura de su prologuista, así que copiaré un párrafo que retrata muy bien la esencia del libro y lo que pienso de él: «Lo extraño,…, es que este libro se publique en España… Lo extraño es que una editorial apueste por un producto rupturista, amperiovoltaico y recauchutante, en el que los personajes se llaman Selena Verguer y el Niño de Alburquerque, en el que abunda el casticismo carpetovetónico pasado por el filtro de Russ Meyer o el primer Tarantino (o los Monty Python, añado yo).» (Miguel Ángel Mala). Pues eso, una genialidad no apta para estómagos delicados.

Las uvas de la ira, de John Steinbeck. Qué decir de este clásico de la literatura americana de sobra conocido y cuya versión cinematográfica está a la altura de la novela. Es una obra dura y fuerte, que remueve las entrañas, y aunque creo es más adecuada para el tiempo invernal por su profundidad y crudeza, no puedo pasarla por alto entre los libros que me han dejado huella en lo que llevo de año. Por desgracia la historia sonará muy actual, siguiendo los pasos de una familia desahucidiada que cruza todo Estados Unidos con la casa a cuestas para encontrar una vida mejor en la soleada California. Para quienes aún no la hayan leído, y más si no han visto la película, se la recomiendo vivamente.

El aire que respiras, de Care Santos. Esta novela tal vez no la hubiera leído si mi amigo José Luis Núñez, alma mater de la librería-cafetería Bibliocafé, me hubiera liado de mala manera (de viernes a lunes) para presentarla. Y no se lo agradeceré bastante porque fue una experiencia maravillosa. Novela difícilmente clasificable, escrita a dos tiempos, entre el siglo XIX y la época actual, en la que la autora nos envuelve en una de esas historias de libros prohibidos y anhelados, que junto con el hoy y el ayer de la ciudad de Barcelona, nos narrará de forma exquisita la vida de unos personajes, muchos de ellos reales, cargada de intensidad. Podría ser histórica por lo bien documentada, o de aventuras por las muchas cosas que ocurren. Dentro de una historia dramática, con personajes malignos y depravados, con situaciones duras de asimilar por lo crueles y reales, no falta en otras partes un finísimo sentido del humor que nos hace sonreír y relajar la tensión de los momentos más duros. Está escrita con un mimo y cuidado que hace saborear cada línea, sin cargar pero sin escatimar.

El efecto Star Lux, de Juan Ballester. Curiosa novela que fue de la Crítica Valenciana en 2012. Uno de los libros más originales que he leído. Lleno de surrealismo, de esa magia que envuelve a los relatos que se mueven a los dos lados de la realidad, la de los vivos y la de los muertos, nos cuenta una historia de amistad, de crecimiento personal, de amor y desamor, desde la narración de un forense que habla con el muerto al que está haciendo una autopsia, su amigo de la infancia Tino Polo, muerto de forma violenta. Los propios personajes tienen cierto toque onírico, entre este mundo y el más allá, y la historia de cada uno es una novela en sí misma. Está magníficamente escrito, aunque reconozco que hay párrafos que me han resultado demasiado farragosos. Un hallazgo. Se agradece leer algo diferente.

Tango sin memoria, de Elena Casero. Novela corta y fácil de leer, que combina la voz del narrador con las epístolas que una misteriosa mujer de pasado dudoso escribe a quien fuera su amante en una vida sepultada por su nueva realidad. Estupendo el trabajo de buceo psicológico en la mentalidad de una época pacata, hipócrita y provinciana, mostrado a través de unos diálogos creíbles y con mucha miga.

El tango de la Guardia Vieja, de Arturo Pérez-Reverte. De este libro me ha gustado casi todo, la narrativa de Pérez Reverte que envuelve en ambientes lujosos y decadentes; los diálogos, cortos, rápidos, secos, como un tango; los personajes de Mecha y Max; las dos historias que corren en paralelo… Tal vez el final me dejó con ganas de algo más, de otra cosa, de un remate más potente y con todas las tramas cerradas. Cuenta una historia de bajas pasiones, de resignación y diferencias de clase, de amores no reconocidos, en dos tiempos, el pasado ―como surgió―, y el presente ―el poso que quedó y la visión desde la madurez, con dos historias de espionaje de fondo, una en torno a la guerra en el tiempo pasado, y otra relacionada con el mundo del ajedrez, en tiempo presente. La historia envuelve, seduce al lector, y lo lleva mansamente a través de sus páginas con una adicción serena pero definitiva.

Pídeme lo que quieras, de Megan Maxwell. Para los amantes de emociones fuertes, de la novela erótica sin complejos, en realidad más pornográfica que erótica porque nada queda a la imaginación, esta historia de firma española no dejará indiferente a los aficionados al género. La traigo aquí porque responde con dignidad al boom de novela erótica que inunda las listas de los más vendidos y seguro que entre los lectores del blog habrá más de un aficionado al género. Bastante más transgresora que las famosas Sombras, y con un personaje femenino mucho más castizo y cercano. Por lo demás, en la línea, con sus correspondientes secuelas, aunque mejor escrita.

De aquellos libros menos conocidos o díficiles de encontrar, pinchando en las portadas se llega a sus respectivos enlaces en librerías on line.

¡Ah! Se me olvidaba. Si todavía están las mías pendientes, este verano también puede ser un buen momento para leer El final del ave Fénix y Las guerras de Elena


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