17 Sep Por fin
Este post es el primero de muchas cosas: el primero desde que cerré el blog en diciembre de 2019. El título de aquel lejano post es Menudo 2019. Poco imaginaba que el 2020 iba a ser mucho peor y no solo por el COVID.
Este post es también el primero de mi remodelada página web. Con él la inauguro oficialmente. Era algo que tenía pendiente, la web anterior se caía a pedazos, y por una vez no ejercí de Juan Palomo y he contado con el equipo formado por Beatriz Maset (Be Marketing) y José Aguado (White-app) para adaptar mi antigua web a estos tiempos. Por fin es posible opinar en el blog ―siempre que se haga con respeto y sin abusar de la confianza―; me vi obligada a cerrarlos porque tuve un ataque masivo de spam y era imposible controlarlo sin cerrar la participación.
También puedes comprar cualquiera de mis libros, aunque mi recomendación es que lo intentes antes en alguna librería; las que han querido tener mis novelas, incluso fuera de Valencia, las tienen. Pueden pedírmelas y se las envío a la tienda y así ganamos todos.
La información multimedia ―vídeo, galerías de fotos, enlaces a artículos― funciona al fin, y puedes seguir mis novedades de una forma ordenada. Espero que os guste. Bienvenidos a mi nueva web. Si encontráis algún fallo o tenéis alguna sugerencia, no dudéis en dejármelo escrito aquí o en la Página de Facebook.
Esta ha sido una de mis actividades veraniegas. Pocos agostos he pasado más tranquilos que este ―me refiero a no viajar ni socializar apenas―, y trabajando más. Me he llenado de mar sin apenas tocarlo, con solo levantar la cabeza. Es mi mayor fuente de energía. Mirando el mar respiro paz, ya esté en calma o embravecido. Si la vida fuera de otra manera, este sería mi lugar de residencia permanente, pero de momento no es posible; tal vez, cuando me jubile, si es que eso llega algún día, que yo, como mi tía Fina, quiero empezar a sentirme mayor a los 91.
He compartido en mis RRSS muchas imágenes de ese mar que tanto me gusta y me inspira, y quiero dejarlas aquí para recordarlas siempre y que las disfrutéis conmigo. Ninguna de las fotos está hecha con filtro y cada una tiene una historia detrás de la línea azul del horizonte.
No sé si ha sido gracias a esta conexión con el Mediterráneo, a la ausencia de otras distracciones o a ambas cosas, que la «novela sin nombre» ha pasado de las setenta mil palabras; más de las que pensé que tendría la historia completa. Y todavía le falta la parte más complicada, el futuro que espera a los personajes principales después de tomar decisiones importantes, aunque el final lo tengo claro. El problema va a ser llegar allí desde donde los tengo ahora. La forma de narrar tiene parte de culpa en este crecimiento en número de palabras, pero garantizo que se lee sin sentir, precisamente por lo mismo, por la forma de narrarlo.
También me está dando mucho dolor de cabeza la secuencia temporal. No es lineal. Lo era, pero me sugirieron cambiarla por el gusto editorial actual para dejar planteada la trama nada más comenzar. Nos hemos vuelto lectores impacientes y casi hay que comenzar las historias por el final. Dados los problemas que ese cambio me está dando, no sé si ha sido buena idea, pero ahora no me siento capaz de desandar el camino andado. Además, viendo cómo está el patio, tengo la sensación de que tanto esfuerzo es absurdo, que priman otras cosas a la hora de publicar y que he llegado tarde a este circo.
De la «sin nombre» me ha sorprendido que lleve más palabras ya que la última novela que he publicado (un proyecto muy personal que ha tenido muy buena acogida por parte de los poquitos que han querido acercarse a ella y de la que pronto daré noticias). Mi intención era que no pasara de las 70 000 palabras, pero ya estoy ahí así que serán más, y eso que me esfuerzo en ser concisa. A ver si cojo carrerilla y la acabo pronto, porque el siguiente proyecto me está pidiendo paso.
La «sin nombre» va a quedar como la novela más accidentada de mi historia en su proceso de escritura (en el de publicación, como conté en Zenda, El final del ave Fénix se lleva la palma y espero que así se quede). Comencé a escribirla en 2017 y al poco tuve que dejarla por problemas personales que me restaban mucha energía. La retomé en octubre de 2018 y en diciembre tuve una pequeña intervención que durante un mes me tuvo dolorida y sin poder escribir. En febrero, al fin, me puse a leer lo que estaba escrito para retomar el tono, hice el cambio de secuencia que me habían pedido y, cuando iba a ver cómo afectaba eso a todo lo escrito, salí volando en un autobús de la EMT con mejor resultado del que cabría esperar, dado el golpe que me di en la cabeza. No sirvió para arreglarme el coco, sigue igual, y me fracturé el sacro (S3 y S4). Los dolores (que continúan y han modificado para siempre mi forma de trabajar) me impidieron escribir casi hasta final de año y el nuevo parón me desesperó. Otra vez a leer todo lo escrito, con el reto de reorganizarlo y que los saltos temporales y situaciones personales que se entrecruzan, cuadraran. Por fin se acababa 2019. «Menos mal», pensé, «a ver si me centro ya de una vez y la saco adelante, que el año ha sido tremendo…» Sí, sí… Lo mejor estaba por llegar.
Con la pandemia la concentración se fue a tomar viento. La novela entró en hibernación. Cualquier cosa era buena para emplear el tiempo: limpieza compulsiva, cocinar, hacer ejercicio, hablar con amigos, reordenar cuartos… Pero, crear, no. Y más una historia de amor y desamor como la que llevo entre manos. Tampoco me vi capaz de enviar nuevos artículos a Zenda, tan solo uno. Espero retomarlos en cuánto acabe esta novela, que no quiero distraerme y además ahora tengo el blog.
Aproveché ese tiempo de dispersión para darle forma a ese proyecto del que hablaba antes, un libro rompedor del que muchos me han oído hablar en charlas y clubs de lectura cuando me preguntaban si tenía alguna nueva novela. Sí, la tenía, y he contado muchas veces, puede que demasiadas visto lo que le ha pasado a algún colega, el argumento. El proyecto ha visto la luz de forma clandestina, aunque varios lo han adivinado con las miguitas que he ido dejando y ya la han leído. ¿Os animáis a aventurar aquí cuál es? Corregirlo, maquetarlo, diseñar la portada, publicarlo… Todo ha llevado tiempo. En la siguiente entrada seguramente desvelaré a los despistados de qué se trata, el por qué de su salida clandestina y muchas curiosidades más.
No ha sido hasta que la nueva criatura ha emprendido el vuelo que he conseguido concentrarme de nuevo en la novela interrumpida. Por eso estoy contenta de ver que progresa adecuadamente tras tanto trompicón. Espero que no pase nada más y pueda terminar el primer borrador para final de año. Habrá sido una tarea ímproba. Para que luego venga el gracioso de turno y te diga que está esperando el momento de piratearla. Mejor no lo pienso que cuelgo las teclas.
De momento, nada más, que disfrutéis de este nuevo espacio en la Red donde espero que compartamos muchas cosas. Estáis en vuestra casa.
Fina Señalada López
Escrito a las 08:31h, 24 septiembreMe alegro mucho que este nuevo libro tuyo vaya viento en popa. Ahora solo nos queda esperar para poder disfrutarlo.
Tendré que tener paciencia, una de las virtudes que no tenía y me ha regalado la pandemia.
Marta Querol
Escrito a las 12:25h, 24 septiembreMuchísimas gracias por inaugurar mi nuevo blog con tu comentario, Fina. La semana que viene os daré una primicia de algo mío que ya se puede leer y que, aunque es muy diferente a lo anterior, está gustando mucho. Un abrazo.
Marta Querol
Escrito a las 12:33h, 24 septiembreMuchísimas gracias por inaugurar mi nuevo blog con tu comentario, Fina. La semana que viene os daré una primicia de…
Beatriz Maset
Escrito a las 12:24h, 24 septiembreEs un placer trabajar con personas tan profesionales y encantadoras como tu. Enhorabuena por tu nueva etapa que estoy segura te va a ir fenomenal.
Marta Querol
Escrito a las 12:32h, 24 septiembreMuchísimas gracias por tu ayuda, Bea. Me has dado el empujón necesario. Os recomiendo a todos que os pongáis en manos de esta profesional que entiende perfectamente las necesidades del cliente y qué hay que hacer para llevarlas a cabo. Un abrazo.
Maria Jose Moreno Diaz
Escrito a las 15:28h, 29 septiembreTe deseo toda la suerte del mundo con estos proyectos que tienes ahora. Te la mereces. Un beso
Marta Querol
Escrito a las 17:49h, 29 septiembreMuchísimas gracias, María José. Ojalá nos pongan en el camnino de poder vernos de nuevo.
Un abrazo grande.