Novelas, Zenda y el Chapo Guzmán

Hace quince días que me propuse publicar la nueva entrada del blog pero la vida no me deja. Problemas que deberían estar resueltos desde hace cuatro años se alaaaargan sin fin y me quitan energía y tiempo. Pero acabarán pronto. Y los acontecimientos se amontonan y no veo el momento de contar todo lo que va pasando.

Voy a tratar de resumir cómo van las cosas porque han pasado muchas y, por fortuna, buenas. Los que me siguen en la página de Facebook saben que ando enfrascada en una nueva novela. En realidad es un experimento, porque no es la novela que tengo en la recámara desde hace tiempo sino un desintoxicante ligero para tomar distancia con la saga de los Lamarc-Company. Se trata de un relato que escribí hace mucho para un proyecto de ayuda a una amiga que, no sé los motivos, acabó disolviéndose como la sal en la mar y cuyo tema estaba condicionado para que entre todos los autores participantes hiciéramos un conjunto coherente. El tema era el Cielo y el Infierno y, como siempre me pasa con los relatos, terminé por escribir una historia que nada tiene que ver con mi producción larga: algo así como un thriller de fantasía con toques sobrenaturales en un pueblecito de creación propia donde reciben a los muertos camino del Más Allá. El caso es que llevo casi un mes intentando, en el tiempo que la vida me deja, convertir en novela ese relato que ya era largo en su origen y además se quedaba muy escaso para las posibilidades que daba. Quería haberlo terminado en junio ―y presentarlo al concurso de Amazon―, pero veremos si lo consigo para julio ―y si lo presento.

Además, hace poco se me planteó la posibilidad de escribir en la revista Zenda
y, como cuando empecé en Las Provincias, he tenido que pensar en nombre de la columna, y hacer el primer artículo. Soy una «prisionera» más de Zenda pero me siento feliz de compartir espacio con autores como Javier Marías, Pérez Reverte, Almudena Grandes, Dolores Redondo y muchísimos más que no cito por no hacerlo largo.


La recomiendo a todos los que gusten de la lectura, el cine y las entrevistas interesantes. Yo era fiel seguidoora antes de empezar a escribir.

El nombre de mi espacio es
Tinta Invisibley lo elegí porque, como allí se indica, lo mejor de la tinta invisible es que, a la larga, termina dejando de serlo con el reactivo adecuado. Yo espero poder actuar como ese reactivo en el mundo literario.



La última noticia que me ha tenido descentrada recientemente,
porque han sido muchas las preguntas que me han hecho como consecuencia de ella e incontables las noticias que han ido llegando, es la más surrealista. Ya la sabéis, al menos la mayoría, pero para los que no han pasado estos días por las redes sociales se lo resumo. Según desveló el Washington Post, el narco Chapo Guzmán de entre todos los libros del mundo que podría leer, está leyendo El final del ave Fénix de, como decía el WP, «the Spanish writer Marta Querol».



Más allá de la anécdota y de alguna interpretación negativa que me han hecho en Facebook, este asunto me ha hecho reflexionar sobre el camino que llevo recorrido con tanto esfuerzo: algo estaré haciendo bien, algo tendrán mis libros cuando, a pesar de las dificultades, El final del ave Fénix no solo ha cruzado el charco y llegado a México sino que ha traspasado las puertas de uno de los lugares más herméticos del mundo, una cárcel de altísima seguridad, para ser leído por el Chapo Guzmán ―que probablemente pueda tener todos los libros del mundo a su alcance―. No seré yo quien lo defienda, pero al menos puedo afirmar que tiene menos prejuicios a la hora de leer que aquellos colegas que comentaba en mi artículo No somos iguales y que afirmaban sin pudor que ellos no leen obras escritas por mujeres porque son un coñazo (sic). De algunos prejuicios literarios hablo en ese primer artículo en Zenda bajo el título de Ese oscuro objeto de deseo.


Ojalá el Chapo se haya quedado con ganas de más y pueda leer las dos que le siguen. Lo mismo le hacen reflexionar sobre las cosas buenas de la vida y se vuelve un poquito mejor persona. Utópica que es una.

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