Hace un tiempo se armó cierto revuelo por la entrada del blog de un escritor, en el que descalificaba de forma generalizada los libros de autores que se autoeditaban en Amazon. Su crítica la hizo sin siquiera leer las novelas, analizando una muestra considerablemente pequeña para valorar según qué cosas.

No sé si puedo considerarme miembro de la Generación Kindle porque publiqué mi novela «El final del ave Fénix» en Amazon tras dos ediciones convencionales en papel, avaladas por dos editoriales, y actualmente publico con Ediciones B, pero en cierta medida me siento identificada con el espíritu luchador de estos autores y a muchos de ellos he llegado a conocerlos y a apreciarlos. No es una generación al uso, y de hecho el nombre no me entusiasma, porque no hay una filosofía, estilo narrativo, preocupación, temática o vínculo alguno entre los autores salvo el medio de publicación, y eso nunca ha caracterizado a generación literaria alguna. Además, me resulta presuntuoso autoproclamarse generación de lo que sea. El tiempo dirá. Pero como se ha popularizado el término, creo que con GK todos entendemos a lo que me refiero.

Pero a lo que voy. He pensado que sería buena idea hacer un breve resumen y valoración (subjetiva, por supuesto, porque es la mía) de los libros que he leído (enteros) de GK, como ya hicieron también otros compañeros, por si puede servir de ayuda, aunque de la mayoría de ellos creo haber dejado mi opinión también en Amazon (algo muy necesario para autores que apenas tienen vías de promoción salvo las redes sociales y estos comentarios).

«La búsqueda» de Blanca Miosi. Nos cuenta la emocionante historia de Waldek Grodek, personaje que existió en la vida real, desde su niñez en la Polonia ocupada por los nazis y su paso por los campos de concentración hasta el fin de sus días. Narrada con una sencillez exquisita y con un lenguaje cuidado y sencillo, nos lleva a través de algunos de los principales hitos de la historia occidental del último siglo y del actual: desde el nazismo hasta las revueltas marxistas de hispanoamérica, pasando por la división de Europa, iremos viviendo situaciones conmovedoras unas, indignantes y dolorosas otras, divertidas y esperpénticas algunas (impagables los episodios de su relación con Juana) en una narración que termina con la misma potencia con la que empieza, y con el fantasma del nazismo sobrevolando toda la historia. Cuenta mucho, y lo cuenta bien, sin excesos de dramatismo o morbosidad. Aun así impresiona y golpea al lector, sobre todo el inicio y el final. Una novela que termina con un mensaje duro, difícil de asimilar aunque realista, que invita a la reflexión. Una muy buena novela.

«La tumba compartida» de Antonia Romero. Novela de aventuras con dos tramas paralelas que tienen en común el afán de Maite, la protagonista, por encontrar su propio yo y la obsesión por desvelar uno de los grandes misterios de la historia del judaísmo, por saber quién es quien, de donde vienen y porqué pasan las cosas. Y sobre todo, por encontrar respuestas. La intriga es constante, las sospechas respecto a unos u otros personajes te hacen dudar de todos, y te empuja a seguir leyendo. No es una novela histórica, pero hay mucha información interesante sobre el antiguo Egipto, que sin ser yo experta en la época, me dejó sensación de coherencia y buen trabajo de documentación. Muy entretenida.

«El búnker de Noé» de Gabriel Ródenas. Novela narrada de forma amena y desenfadada en la que se plantea una terrible posibilidad para la humanidad, y donde el dramatismo de los hechos se ve compensado con el sentido del humor y el desenfado de los personajes. Poco a poco el lector va colocando las piezas y dándose cuenta de lo que va a pasar, pero el descubrimiento no resta interés ya que pasado un punto lo que quieres saber es cual de los posibles finales va a ser el que prevalezca. Y el que prevalece… pues eso tendrá que averiguarlo cada uno. No fue el que me habría gustado, pero seguramente a otros sí les gustará.
Uno de los encantos de la novela es el perfil psicológico de Leon Poiccard, el protagonista, cuyos monólogos interiores y disección de la mentalidad femenina deja párrafos impagables.

«Manola» de ¿S. Micio? La novela narra las vicisitudes de un personaje del que no llegamos a saber su nombre y que, obsesionado por la anatomía pectoral de una joven (Manola) que se convierte en su vecina, decide espiarla y convertirse en su amigo virtual y, si es posible, en algo más. A partir de ahí, entrarán en juego toda una serie de personajes esperpénticos, cómicos, y desmadrados que escenificarán situaciones nada corrientes. Es una novela de situaciones y personajes hilarantes que a mí me hizo soltar más de una carcajada, aunque también tiene una dosis considerable de crítica social. Los personajes terminan siendo víctimas de su propia vacuidad, vendiendo su vida por los platós, y las reflexiones al respecto le dan un matiz de denuncia a lo que podría haber sido una simple comedia. Divertida y exagerada, es el mejor exponente del dicho español «tiran más dos tetas que dos carretas» y en los tiempos que corren se agradece leer algo que consiga eso tan difícil, hacerte reír. Tiene algunos altibajos en el ritmo y decae un poco hacia el final, pero pasé un rato muy divertido leyéndola. Mentes cerradas, puritanas, sin sentido del humor o en busca de metaliteratura con mensajes escondidos entre líneas, abstenerse, aunque se nota que ha sido escrita por una mano que domina el oficio y la técnica literaria.

«El eterno olvido» de Enrique Osuna. Me ha parecido un libro apasionante, con una tensión bien administrada durante todo el texto hasta volverse agobiante, maquiavélica. Está muy bien escrita lo que hace fluida la lectura y los personajes son fácilmente imaginables. Del estilo de la primera parte de «El Psicoanalista» en cuanto a lo claustrofóbico (aunque la trama no tiene nada que ver), cuesta mucho dejar de leer en distintas partes del libro. Por ponerle un pero, la novela tiene un giro en un punto de la trama que no me convenció, pasando de ser creíble al terreno de la CiFi, Tal vez imaginé otro tipo de desenlace más cercano a la realidad, pero ese cambio, salvo en lo que a mi expectativa realista se refiere, sigue manteniendo el interés y la tensión de la trama. El recurso a la ambigüedad para cerrarla sería el segundo pero en una novela casi redonda. Pero he pasado momentos de una intensidad, una rabia y una tensión indescriptibles que hacen que me haya impresionado muy gratamente. Tan adictiva la lectura en algunos momentos como el propio juego Kamduki que describe la novela.

«Spanish psycho» de Félix Jaime. Novela que sin tener nada que ver el argumento con la anteriormente citada «Manola», tiene algunos puntos de coincidencia: el tono, lo surrealista del personaje principal, la denuncia del circo en que se han convertido las televisiones patrias y que también está muy bien escrita. Como nos adelanta su título que parodia la novela americana del mismo nombre, nos cuenta la deriva de un personaje castizo, Luciano, que el autor consigue, para nuestro asombro, que resulte entrañable a pesar de los terribles crímenes que va cometiendo en su progresión criminal. Y con la excusa de la aparición de este peculiar asesino en serie, el autor aprovecha para hacer una crítica mordaz sobre el mundo del morbo televisivo, los realities, la vanidad humana y la utilización de las personas. Aunque es una novela esperpéntica, tienen partes muy serias, casi filosóficas, sobre esos temas. Empieza muy fuerte y te va sorprendiendo de página en página, aunque a la mitad del libro la trama se ralentiza un poco y pierde fuelle. Pero en conjunto me he divertido, es ocurrente y está muy bien escrito. Aprensivos abstenerse.

«Un féretro en tocador de señoras» y «Cuarentañeras» de Regina Román. Son psico-comedias que recuerdan el estilo chic-lit, cargado de humor y buen rollo, siempre dejando un buen sabor de boca en forma de moraleja o corolario. Le saca punta a tópicos y complejos conocidos, y sus personajes viven situaciones inverosímiles que arrancan más de una sonrisa. Simpáticas, cortitas y fáciles de leer, para desintoxicar entre lecturas más sesudas, pero como en todas las demás, depende mucho de que el género guste o no.

«La saga de los longevos» es la otra novela a mencionar. Comenzó como indi, y es uno de los mejores exponentes de adonde se puede llegar desde GK. Ha sido publicada por La Esfera de los libros con un éxito considerable, fundamentado en una historia original, magníficamente narrada y que mantiene el interés del lector de la primera a la última página. ¿Por qué no fue publicada antes por una editorial? Ni idea. Igual que es difícil entenderlo respecto de algunas de las que cito. Son tiempos duros, venden los nombres, y crearse uno es difícil cuando empiezas.

Haciendo un balance numérico, y para no herir susceptibilidades, si hubiera dado puntuaciones el 60{19d92153dfb98e74191b8f903c3be878fdc326dc3ae1df978264d2f2feca73e2} estarían entre el notable y el sobresaliente; el 17{19d92153dfb98e74191b8f903c3be878fdc326dc3ae1df978264d2f2feca73e2} sería el «Bien» de toda la vida; y suspenderían el 25{19d92153dfb98e74191b8f903c3be878fdc326dc3ae1df978264d2f2feca73e2}. No es un mal resultado entre 12 libros.

Aclaro que me he dejado fuera algunas novelas porque han sido tal boom literario que son de sobra conocidas por todos y porque no pueden considerarse indis ni pertenecientes a GK en puridad. Un ejemplo es «En un rincón del alma»de Antonia J. Corrales (le dediqué una reseña aquí mismo en el blog), no puede considerársela una novela indi, porque su autora ya tenía una carrera consolidada en el mundo de la escritura, con varias novelas publicadas por editoriales, y esta misma fue publicada por la editorial Aladena. Pero la menciono porque el boom real de la novela llegó al subirla la propia autora a Amazon, y colocarse en el número uno en ventas. Lo mismo puedo decir de la obra de José Luis Palma «El amor en los tiempos del chat», que si bien llegó a mí a través de su autopublicación en Amazon, ya había sido publicada por Planeta en papel años atrás, lo cual no es cualquier cosa. Y alguna otra más. Estas no las he incluido tampoco en el cómputo.

Creo que el balance ha sido muy bueno. Me quedan muchas por leer y seguiré haciéndolo, alternando con otras lecturas, no por compañerismo, sino porque descubro muy buenos escritores tras esas obras. Espero que muchos también las descubran, igual que espero que lleguen a conocer las mías.