La valenciana Marta Querol llegó a la escritura por accidente. Estudió Económicas e Ingeniería de Calidad y su trabajo se desarrolló siempre en este último campo. Tal vez por eso sus escritos son tan cuidados, tan redondos, tan directos. Con su primera novela, El final del ave Fénix, cometió la insensatez de enviarla al premio Planeta y fue una de las diez finalistas de 2007. Lo que pasó a partir de ahí da para una novela y lo contó en una serie de siete artículos en Zenda.

Había encontrado su camino. A esta le siguió Las guerras de Elena (2012) y Yo, que tanto te quiero (2015, 2016). Con esta saga familiar ―que le gustaría pensar son unos Buddenbrook a la española― ha conquistado a lectores de todo el mundo y las tres han ocupado puestos destacados en las listas de venta.

Escritora inquieta, ha escrito relatos de casi todos los géneros literarios, y los ha recogido en Breverías. Relatos para lectores impacientes.

Tampoco pensó nunca que haría televisión y radio o que escribiría en el periódico centenario de su ciudad (Las Provincias), y sin embargo lo hizo durante cuatro años con su columna Piedra, papel, tijera que ahora continúa, cuando puede y como puede, en su blog de esta web. Parece que le gusten las prisiones, a ella y a sus novelas, y se la puede ver en Zenda como una «prisionera» más entre firmas a las que siempre ha admirado, o bien puedes encontrar sus novelas en las manos de los narcos más conocidos del planeta como el Chapo Guzmán.