El deseo de Carlitos

Como algunos saben (no suelo mencionarlo en mis páginas de escritora por no mezclar las cosas), colaboro de distintas maneras con Mamás en Acción, una asociación que se dedica fundamentalmente a ayudar y cuidar de niños que, por distintas razones, no pueden estar con sus padres o estos atraviesan una situación difícil.

Para darle visibilidad y conseguir fondos, algo muy necesario ya que en esta asociación no se pagan cuotas sino que se aporta el esfuerzo personal de cada voluntario y son muchos los gastos que hay que afrontar, a su incansable fundadora ―Majo Gimeno― se le ocurrió que podría escribirse un cuento infantil que contara precisamente esta labor. Era agosto y recibí una entusiasta llamada telefónica para comentarme el proyecto, en principio auspiciado por un posible patrocinador. Me entró vértigo. ¿Un cuento infantil? ¿Sobre Mamás en Acción? Como dicen ahora, era salir de mi zona de confort, pero precisamente es un reto que me gusta, abordar proyectos que amplían mi horizonte como escritora y este, además, me hacía muchísima ilusión por mi implicación personal en el mismo. También por esto el miedo era mayor y la autoexigencia, total. Tenía que ser un cuento donde se pusieran de manifiesto los valores de Mamás en Acción y que acercara a los niños de distintas edades el conocimiento y la comprensión de otras realidades de una forma dulce y cariñosa. También sería una forma de que muchos padres conocieran la labor de esta organización que, además de evitar que haya niños solos en los hospitales  #niunniñosolo, se preocupa porque esos niños sean un poquito más felices y tengan todo lo necesario. Y, como no, ayudaría a financiar la asociación con los ingresos de la venta.

Era agosto, pronto me iría de viaje y, aunque estaba pensado para Navidad, no quería dejarlo para el último momento. Siempre he comentado que escribir cuentos infantiles me parece algo muy complicado. Hacer algo ameno, tierno, instructivo, divertido y adecuado a la mente y los intereses de un niño, me parecía una montaña. Solo había escrito uno antes y sudé tinta, nunca mejor dicho. Pero, como Majo me dijo, nadie mejor que yo que conozco bien la labor de Mamás en Acción para escribirlo, y en eso tuvo razón. Tan pronto me senté frente al teclado comencé a perfilar la historia, quienes serían los personajes y se me ocurrió hacer un pequeño homenaje a uno de los primeros niños que cuidamos. Él sería, junto con Carlitos, protagonista relevante de la historia. Como me suele pasar, me salió de tirón y en unos días estuvo el primer borrador. Faltaba mucho todavía, pero ya tenía la tranquilidad de que el cuento era una realidad. Revisé diálogos, el tono, el tiempo, muchos detalles. Y lo envié. A Majo le encantó y me sugirió que añadiera la labor del Desván y de Felicidades, ya que yo me había centrado en el acompañamiento hospitalario, y busqué la forma de que todo encajara. Al menos me fui de viaje con el proyecto encauzado, a la vuelta solo quedaría rematarlo.

En septiembre quedamos con el ilustrador, Pedrán Ramírez, de Monoko, que también aportaría su trabajo de forma desinteresada. Había visto algunos dibujos suyos y me parecieron maravillosos. Yo llevaba un esquema de las ilustraciones que pensaba que podían incluirse y donde, y Majo tuvo la idea de que el médico se pareciera al doctor Mínguez, Jefe de Pediatría de la Fe que tanto ha colaborado con la asociación.
Fueron varias las reuniones, pero al final el cuento tomó cuerpo. Se afinaron detalles, se revisó varias veces y, por fin, El deseo de Carlitos estuvo listo. Por desgracia, el primer intento de lanzamiento en las navidades del año pasado se truncó y el proyecto quedó parado hasta hace unos meses que, por fin, se ha puesto en marcha. Tiene muchas posibilidades porque puede personalizarse para organizaciones o empresas, pero sobre todo, tiene un mensaje maravilloso y comprarlo es una forma sencilla de ayudar a Mamás en Acción.



Creo que es un bonito regalo por muchos motivos. Así que, si tenéis niños cerca, El deseo de Carlitos os espera en la página web de Mamás en Acción para hacer feliz a ese niño y a muchísimos más ya sea Navidad o cualquier otra fecha.


Fotografía: Ana Espinosa
Ilustraciones de Pedrán Rodríguez para Mamás en Acción

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